El centrocampista N’Golo Kanté, campeón del mundo en Rusia con la selección francesa y jugador de la Premier League de Inglaterra con el Chelsea, protagonizó una historia que demuestra por qué es uno de los futbolistas más queridos y que mejor cae a los aficionados, no solo de su equipo, sino del fútbol en general. Kanté cenó y jugó al FIFA en casa de unos desconocidos tras perder un tren. Un grupo de amigos coincidió con él en una mezquita y le hicieron la invitación la cual aceptó.

La humildad de N’Golo Kanté se ha visto reflejada en varias oportunidades. Durante las celebraciones francesas tras ganar el Mundial, el centrocampista del Chelsea siempre mostró un perfil bajo. Y es que, tal como dicen la mayoría de sus compañeros, Kanté no es un jugador ostentoso. De hecho, tal es así que maneja un Mini Cooper para movilizarse. Además de su sonrisa permanente, en numerosas ocasiones ha dado muestras de su humildad.