Rafael Nadal, derrotó este viernes al argentino Juan Martín del Potro, y disputará este domingo la final por ganar su undécimo Roland Garros ante el austríaco Dominic Thiem, quien derrotó antes al italiano Marco Cecchinato.
El argentino se recuperó días antes de una lesión, y faltando poco fue que se supo de su participación y demostró que todavía le queda por dar, aún tiene para mantenerse en la elite. Logro su mejor registro de la clasificación se situó de número 4.
Del Potro había dicho antes del partido: «Es casi imposible ganarle a Nadal. Lo sigo pensando hoy y, seguramente, de acá a dos años. Rafa perdió dos partidos acá nada más, por el juego, por el nivel físico, porque es el número 1, porque es imbatible en este torneo. Pero siempre es un placer jugar contra él». Luchó, se esforzó y al principio todo iba bien hasta el 4-4 y 15-40 del primer parcial, allí desperdicio dos oportunidades de quiebre, de las seis que no aprovecho en su momento y no hay que darle segundos chances cuando se tiene en frente un rival de su calidad.
Foto: RTVE.es
Rafa Nada queda a un paso de volver a coronarse
Rafa Nadal, mostró gran nivel y doblegó a Del Potro por 6-4, 6-1 y 6-2 en dos horas y 14 en minutos. Además protagonizará su final número 24, solo superado por Roger Federer. Le queda un paso para levantar su undécima Copa Mosqueteros e igualar el récord de la australiana Margaret Court, quien también se alzó con once Grand Slam, Y así continuar alcanzando récord.
A Nadal no hay que perdonarlo, ni cuando parece vencido cuando Martin lo apretó, pidió la toalla se tomó un tiempo para pensar se acomodó en la cancha y volvió a enfocarse. A pesar de que en pasajes el público presente animaba a Del Potro como cuando logro el punto del 5-1 del segundo parcial, "Delpo, Delpo" recibió una ovación de un estadio casi todo el tiempo en silencio.
Del Potro tomo un anti-inflamatorio para seguir manteniéndose en acción. Y Nadal lo aprovechó definiendo el 6-4 del primer set, luego de allí lo demás fue historia para el número uno del ranking que resolvió como nos tiene acostumbrados con una actuación soberbia. Ni más, ni menos en la cancha de París escribió uno de los mejores capítulos de su carrera y perdió con honor ante el número uno de la clasificación ATP.