Fotos de personas posando con divertidas estatuas

Los más chiquitos también se merecían una estatua que perpetúe su intento permanente y sus ganas interminables de aprender y conocer más de la vida. La niña, la de carne y hueso, hace honor a esta búsqueda permanente.

¡Hi 5! Qué mejor manera de expresas fraternidad y complicidad que chocando esos cinco. Este sujeto llevó un peldaño más arriba, literalmente, el saludo. Bravo por él.

Parece tan real. La mole inanimada levanta con toda su descomunal fuerza a la impía y pecadora humana. Pero no, es simplemente un chiste para la foto.

Quizás se lo merecía. Quizás se portó mal o pagó una promesa. Nunca lo sabremos, pero de lo que sí estamos seguros es que nos arranca una sonrisa por semejante inventiva.

Hasta el Hombre Araña queda desarticulado ante esta estatua, erigida en la ciudad mexicana de Guadalajara, contra los que osan delinquir? Vaya mensaje para los políticos.

Intentaban imitar la pose y la algarabía de estas moles de bronce. No lo lograron. Es más, hicieron el papel de tontos y fueron el hazmerreír.

Vaya manera de sobrepasarse. No la escultura por supuesto, que no tiene vida, sino de la pícara mujer que aprovechó la ‘benevolente’ actitud de la estatua para sacarse una foto atrevida.

Para celebrar no hay mejor manera de hacerlo que con champagne y montado a un “águila”, el símbolo por excelencia de los americanos. Aunque más no fuera un águila estática este hombre probó que puede festejar con originalidad.

Los grandes jugadores de béisbol quedan inmortalizados por sus hazañas deportivas. Los americanos le rinden tributo a sus ídolos deportivos y también, de tanto en tanto, una asociación para la broma, como lo hizo este joven, perfectamente capturado por la imagen en un verdadero ‘home run’ del humor.

¿Hay alguien aquí? Este visitante no tuvo mejor manera de llamar la atención que husmear en un alce de bronce. Habrá hallado lo que buscaba?

Con algunas cuestiones no se juega, cuando se quiebra el orden natural alguien debe pagarlo. A veces es karma en forma de un piano que cae desde un edificio, otras veces una mole inerte que ‘toma del cuello a un joven’.

Algunos monumentos no tendrán vida, pero son definitivamente osados. Este, por ejmplo, se pasa de la raya con una bella señorita que sólo atina a sorprenderse.

Y otros simplemente despiertan ternura y obligan a los transeúntes, incluso a aquellos de corazón más duro, a rendirse ante ellos. Como el caso de esta mujer que llena de besos a la representación de un adulto mayor.

Semeja una cita real, con una conversación entretenida. Sin embargo, el ente inerte que tiene formas femeninas ‘hace oídos sordos’ a la explicación del hombre. Una escena que bien podría replicarse en una relación entre un hombre y una mujer.

Impecable composición hecha por el fotógrafo que capta el momento en que este ocurrente joven simula que es arrastrado por esta serie de estatuas que representa a unos niños en plena ronda.

No es frecuente. Al menos no es un espacio cerrado como en un museo. Pero, hay visitantes -como estas dos mujeres- que intervienen en esta obra que compone esta escultura para alegrarla.

No es Jake Sully montado en su Toruk, esa fantástica ‘ave’ que surcaba los cielos de Polifemo. Ni se corresponde a una escena de la película Avatar, donde los Na’avi son protagonistas. No, es simplemente un joven chistoso.

En Oriente no es muy usual encontrar en las calles a personas tan divertidas como este joven, que lleva a cabo una pose para la foto que imita a la estatua.

Este monumento en la ciudad de Columbus (Ohio) rinde tributo a los inmigrantes que fortalecieron a Estados Unidos. A juzgar por la foto, se ve con qué tipo de ‘fuerza’ pudieron progresar en la Unión.

La voracidad y la ambición humanas no conocen limites. Atreverse a sobornar a una estatua es la máxima expresión de la codicia del hombre, aunque lo de la imagen no es más que una travesura.

Desde la irrupción de “El Exorcista” en EEUU, en la década de los 70, la cultura de los filmes sobre demonios que se incorporan en inocentes personas ha modificado nuestra visión sobre la Iglesia Católica. Algunos, empero, lo toman con humor, como esta mujer que simula un exorcismo.

Simpatía y conexión. Parece tan real este vínculo entre estos dos seres. Sin embargo, se trata de una escena cotidiana de algún museo cualquiera en EEUU. Impresiona tanta realidad, cuando en la vida cotidiana misma los humanos nos mostramos tan reacios a la apertura hacia los demás.

Y la tecnología es inclusiva sin ninguna dudas: atrae a todos, incluso a estos personajes convertidos en bronce y que pertenecen a la época dorada de la colonia.

Ciertos fanáticos del béisbol merecen algún que otro zarandeo para que reaccionen y para que hinchen. ¿No se habrá excedido el amigo inanimado?

Y en medio de la vorágine del día y del deber de todo policía que resguarda las calles de la ciudad… siempre hay tiempo para el amor. Fantástica estampa de esta creativa mujer.

No siempre la creatividad tiene ingenio o un toque de creatividad. A veces, algunos pecan de exceso y realizan actos desubicados que traen aparejado un mensaje de violencia.

En contraposición a la anterior, esta imagen es una de las más jocosas. Perfectamente sincronizada esta pequeña estatua que representa a un querubín se toma con un impío. ¿Será por la calvicie?

Los turistas siempre, siempre buscan adaptarse al ambiente de la ciudad que visitan. Por desgracia para las estatuas, casi siempre son el blanco de esta adaptación.

Inagotable fuente suele ser la imaginación de los chicos, que recrean una y otra vez mundos paralelos a la realidad. Aquí, una niña se monta a una cabra de los montes y su pequeña cría para guiarlos tal vez a ese mundo de fantasía.

Y Olaf se saltó de ‘Frozen’ para hacer frente a este fantástico animal convertido en monumento. Una ¿batalla’ más que el sol se encargará de dirimir.

Sin dudas, las travesuras y el ingenio humanos hacen que todos éstos entes sin vida cobren ánima una vez que entren en contacto. Por eso, la próxima vez que te encuentres en el Louvre o en alguna otra institución de cultura o arte, no sólo seas un observador pasivo. Entra allí y haz algún acto divertido que puedas documentar. Y si te pescan haciéndolo… bueno, haz que valga la pena.