Crecer es genial decían. Cuando teníamos diez años no podíamos esperar para ser adultos y tomar todas las decisiones por nosotros mismos. Queríamos ir a la universidad, trabajar, manejar, tomar solos el autobús, salir con los amigos y muchas cosas más. Pero a medida que crecemos nos damos cuenta que no todo es tan fácil.

Al llegar a los 25 años nuestra vida cambia mucho y las prioridades son otras. Es inevitable perder amistades en el camino y cambiar de sueños. Estas son algunas de las cosas que suceden cuando llegamos al cuarto de siglo.