A cuatro meses de la lamentable desaparición física de la cantante Hiromi y de su pequeña bebé Julieta, Fernando Santana esposo y ahora viudo de la fallecida, rindió el más tierno acto en honor a sus dos grandes amores. Es preciso recordar, que el martes 26 de septiembre del 2017 la actriz y ex concursante de La Academia, Hiromi presentó malestar estomacal siendo atendida por la parte médica. Posteriormente, el día 27 se adelantó el parto por complicaciones nefríticas falleciendo junto a su bebita.
El imprevisto deceso de su recién nacida y de su amada esposa, ha dejado deshecho al también cantante Fernando Santana, manifestando su pesar en las redes sociales. Cómo prueba de su tristeza, puede observarse la triste fotografía donde Fernando le acaricia el vientre a Hiromi, dolor que no ha logrado superar.
Por esta razón, Fernando se atrevió a rendirle homenaje a sus dos tiernos amores, tatuándose a la altura de su corazón la letra (H) en honor a Hiromi, una (J) por su hija Julieta y la (F) de Fernando, pero optó por ocultar la foto de su acto de amor. La sesión de tatuajes duró un poco más de dos horas, a lo que el hoy viudo no se arrepiente de haberse tatuado, comentando para Univisión Entretenimiento que valió la pena su decisión “Ya no sólo las tendré en mi mente y mi corazón, ahora las llevaré en mi piel. Las amo Hiromi y Julieta”. Manifestó tristemente el intérprete Fernando Santana.
Es preciso recordar, que Fernando e Hiromi, se conocieron en el mundo artístico hace más de 10 años, cuando el pertenecía al conjunto musical de regional mexicano “Los Fuereños” mientras que Hiromi participaba en el elenco teatral de “Avenida Q”, surgiendo el amor a primera vista.
El 19 de octubre de 2016, Fernando decidió darle una grata sorpresa a Hiromi quien cumpliría ese día 34 años de edad, ofreciéndole matrimonio convirtiéndola en su legítima esposa.
Posteriormente, el 04 de enero de 2017 decidieron dar el “sí acepto” sellando ese gran amor con un amoroso beso, un mes después una prueba de embarazo anunciaría la sorpresiva venida de la añorada primogénita.