Julian Alaphilippe confirmó en los Alpes las buenas sensaciones que está transmitiendo este año. Ganador en la Flecha Valona, el joven francés (Quick Step) escaló un peldaño más en su progresión como ciclista todoterreno con el primer triunfo de etapa en el décimo día de esta edición del Tour de Francia. Estreno por todo lo alto en la exigente primera jornada de montaña en la que el pelotón ofreció su versión más conservadora consciente de lo que está por venir.

Una decisión que permitió a un meritorio Van Avermaet (BMC) no sólo salvar el maillot amarillo que muchos le daban por perdido, sino que además le permite ampliar la diferencia con Geraint Thomas del team Sky a 2’22’’. Pero todos los focos fueron para Alaphilippe. Que afrontó con determinación y descaro los durísimos altos de Romme y La Colombière de Francia sin compañía.

Los ciclistas, que el primer día de Alpes suben y bajan montañas anestesiados como quiere el Sky, que empieza a ganar el Tour por eliminación, poquito a poquito. Y casi sin darse cuenta, de la lucha por la victoria final se empezaron a descolgar unos cuantos.

Ion Izagirre no le disputa para nada el liderato “Me infiltré en la fuga por si Nibali se movía atrás, y como llegamos hasta el final intenté disputar la victoria, pero Alaphilippe estaba muy fuerte, y acabé segundo”, dijo el hermano pequeño de los Izagirre.