Tras ser acusado de plagio al usar extractos de una obra teatral del escritor fallecido Paul Zindel (ganador del premio Pulitzer), un juez federal de California, Estados Unidos, indicó que solo encontró “similitudes menores” entre la película del mexicano Guillermo del Toro y la obra de Paul Zindel.
A principios de año la familia del escritor Zindel demandó a Fox Searchlight y al director mexicano, acusándolos de plagiar una pieza teatral, que habría escrito en los años sesenta, y que habrían usado como argumento de The Shape of Water, la máxima ganadora de los premios Oscar de este año.
De acuerdo con David Zindel, el hijo del dramaturgo, The Shape of Water era un plagio de Let Me Hear You Whisper. La obra de Zindel se desarrolla en un laboratorio de biología, donde estudian el cerebro de los animales. En ese lugar Helen, una mujer de la limpieza recién comprometida, se siente atraída por un delfín con el que han experimentado, intentando que hable y ella se sorprende cuando se entera de que está prevista la disección cerebral del animal. Por eso busca ayudarlo a escapar.
Ante esta contienda por los derechos de autor, después de un análisis de las pruebas, Percy Anderson, un juez federal de California que llevaba el caso, le dio la razón a Fox y Guillermo del Toro, indicando que solo encontró similitudes menores entre la película del mexicano y la obra de Paul Zindel.
El juez Anderson indicó, “la Corte concluye que, aunque hay algunas similitudes menores, la película y el libreto no son sustancialmente similares”.
Anderson examinó la trama, el escenario, los temas, el ritmo, el tono, los diálogos y los personajes en las dos respectivas obras, determinando que no se puede considerar un plagio, a pesar de tener similitudes.
“Aunque la obra y la película comparten la premisa básica de que una empleada de una instalación científica decide liberar a una criatura sometida a experimentos científicos, ese concepto es demasiado general para ser protegido por derechos de autor […]. Otras similitudes se derivan de esos elementos básicos e irrecuperables, como que aquellos responsables de las pruebas científicas no ven su trabajo como dañino o incorrecto “.
Con esto, Del Toro puede comprobar que, tal como ha dicho desde que iniciaron las acusaciones, nunca plagió la obra de Zindel.