La radio es un aparato que te pone diariamente tu música favorita; pero detrás del micrófono, hay una cantidad de situaciones que ocurren a diario y que no imaginabas. La vida de un locutor es muy activa.
Sin importar que pase, el locutor siempre debe estar feliz

Aunque todo sea felicidad, electricidad y emoción en la voz de tu locutor, las cosas no siempre le están saliendo bien en su vida personal, pero parte de su trabajo es hacerte muy feliz.
Pero en los malos momentos... Al apagar el micrófono

Todo locutor ha pasado por esos momentos en los que quizá la vida no va tan bien, terminó con su pareja, le llamaron la atención, tiene problemas con la familia, pero debe hacer su trabajo y sacar lo mejor de él, lo que no sabes es que en esos días al apagar el micrófono, tiene una canción para sacar la tristeza y volver a ser feliz frente a los oyentes.
Dice que todas las canciones le gustan... Pero realmente no es verdad

Seguramente sabes que ese locutor que escuchas a diario dice una y mil veces que esa canción es muy buena, que le fascina esa canción, que no se cansa de escuchar ese tema; pero en realidad, las canciones que presenta le dan igual pero debe demostrarte que son buenas, para que tu te emociones.
Repite tanto una canción de moda que termina por odiarla

A diferencia de quienes disfrutan de una canción que está pegando mucho en ese momento, los locutores terminan por odiar los éxitos musicales, porque deben entender que la ponen al menos tres veces por día.
El mayor miedo de un locutor es dejar el micrófono abierto

A todos les ha pasado, y cuando ocurre sienten que el alma se les va; más aún, si están contando alguna intimidad. Un temor de los locutores es cuando por accidente dejan el micrófono abierto mientras están fuera del aire, se imaginan cuántos secretos podrían escuchar.
La hora y la fecha son sus herramientas cuando se les termina la plática

No es fácil hablar tanto, y en alguna ocasión los locutores se quedan sin algo que decir, pero por suerte siempre está esa herramienta útil que es salir al aire y dar la hora y la fecha, aunque todos sepan que ahora basta con ver el celular para verla.
Todo locutor sabe que recibir un mensaje de odio lastima el corazón

Por más famoso, fuerte o encantador que sea, siempre habrá alguien a quien no le cae bien, y cuando un locutor recibe algún mensaje de odio siente que su corazón se aplasta un poquito, realmente duele. ¡No lo hagan!
Es como si tuvieran dos personalidades

No es que sean falsos, nos referimos a que es impresionante como pueden pasar de un estado de ánimo al otro o de un tema emocionante con la audiencia a un cambio de tema radical al apagar el micrófono. Es como si en cabina los locutores se convirtieran en dos personas a la vez.
A los locutores no les gusta escuchar su voz

Muchos piensan que los locutores adoran su voz, porque es su herramienta de trabajo, pero la realidad es que al igual que a todos, al escucharse en un audio sienten mucha pena; bueno, hay excepciones.
Tienen que aprender el arte de la rapidez y las manos de pulpo

En cabina todo deber ser rápido, tienes una canción para ir al baño, un par de anuncios para comer algo etc... Cuando eres locutor debes aprender ese arte de la rapidez; y además, las manos se vuelven muy útiles y aprenden a hacer mil tareas a la vez, contestar teléfono, responder mensajes, publicar fotos, programar música.
Los locutores saben mentir, y muy bien

Quizá no les importe nada de la vida de Rihanna, o desconozcan quién es Drake, pero ellos saben mentir y contarte una noticia como si hubiera sido lo mejor que les pasó en la vida.
Miles de indirectas, ataques y declaraciones se hacen por radio

No hay un solo locutor que no deba admitir que en más de una ocasión ha utilizado su trabajo para declarar algo, confesar sentimientos, atacar a su expareja o lanzar una indirecta a alguien que le gusta o le cae muy mal, presta atención a tu locutor y te darás cuenta.
No hay nada peor que estar enfermo y salir al aire

Muchas veces los locutores se sienten enfermos, graves de un resfriado o una fuerte tos, pero deben disimular y el show debe continuar. ¡No se imaginan lo difícil que es aparentar estar sano cuando piensas que no puedes más!
La cabina de radio sirve como una clínica de psicólogo

Dentro o fuera del aire, el locutor recibe miles de llamadas de oyentes que piden un consejo o cuentan sus problemas; además, los compañeros de trabajo llegan a cabina para contar sus escándalos y problemas.
¡Que vivan las cabinas de radio!

La verdad es que además de la buena música, debemos aceptar que la magia de emociones en una cabina de radio es impresionante. ¡Que vivan los locutores!